Última modificación: 16-03-2017
Resumen
Rachilde, escritora francesa que desarrolló su carrera literaria desde finales del siglo XIX hasta mediados del siglo XX, introduce de manera recurrente elementos acuáticos en sus novelas. La mare aux grenouilles, estanque situado muy cerca de la casa donde la escritora nació, es crucial para la formación del imaginario del agua en Rachilde, y muy a menudo este está presente en su producción literaria. En el prefacio de su obra À mort (1886), la escritora narra las pesadillas que sufría durante la adolescencia en las que un ahogado salía de dicho estanque e iba a su encuentro. En su novela autobiografíca Les Rageac (1921), Rachilde cuenta cómo su madre ahoga a sus mascotas en el mismo estanque. En consecuencia, Rachilde desarrolla una temprana asociación entre el agua y la muerte, debido a las primeras y negativas experiencias que mantiene con el universo acuático.
Además, Rachilde perteneció a la corriente decadente de finales del siglo XIX, por lo que el agua siempre representa la impureza, el mal y la destrucción en las novelas publicadas durante tal periodo. Durante la Decadencia, la máxima representación del mal es la femme fatale. La femme fatale es la figura por excelencia del imaginario rachildiano, y en la obra de Rachilde existe una estrecha relación entre el agua y la mujer. Prueba de ello es La Tour d’Amour, novela publicada en 1899. En dicha novela, Rachilde lleva a cabo una personificación del mar que invierte la asociación tradicional mer/mère, pues en el caso de Rachilde, el mar se convierte en símbolo de la no maternidad.
En conclusión, el agua nunca es para Rachilde fuente de vida, sino fuente de destrucción y muerte.
DOI: http://dx.doi.org/10.4995/XXVColloqueAFUE.2016.2952